
Del acaparamiento y otras cuestiones
relacionadas se habla desde hace rato, de esas personas inescrupulosas que se
lo llevan todo para después revender y obtener ganancias sin esfuerzos,
también, y de los que tienen que velar porque no ocurran esas ventas al por
mayor en unidades minoristas, y de los que sin pudor y delante de tus ojos
venden a grandes cantidades y después te dicen “se acabó”, bueno de esos, ni
hablar!
A quién no le gusta el chocolate? Muy raro es,
pues ese producto del cacao es preferido por adultos y pequeños sin diferencia,
energizante y sabroso al paladar, el chocolate es elegido por millones en el
mundo y se consume en disímiles maneras.
En Cuba a veces se pierde del mercado en
moneda nacional. En las tiendas recaudadoras de divisas se comercializa en
bombones, barras, africanas, en adorno para dulces finos y de múltiples formas;
pero no siempre está al alcance de todos los bolsillos, por eso cuando lo vemos
en la red de comercio siempre queremos deleitar al paladar con un
“chocolatico”.
Por estos días en mi ciudad de Matanzas lo he
visto en barras “Baracoa” uno de los más sabrosos chocolates que existen,
proviene de esa región oriental del país, líder en el cultivo del cacao, y a
solo 6.00 pesos en moneda nacional.
Me sucedió hoy, después de almuerzo, a mi
colega embarazada se le hizo agua la boca cuando vio el peters, en su estuche
de color azul pastel, y a 6.00 pesos cubanos!! Pues bien delante de nosotras la
dependienta despachó rauda y veloz 40 barras por un lado y no sé cuántas más
por el otro, y se acabó…
Al interpelarla sobre lo sucedido, respondió
en voz alta y descompuesta que ella no tenía ningún papel que prohibiera vender
esas cantidades…
Más de lo mismo, esa cadena que nos asfixia
que tiene eslabones de desidia, irresponsabilidad, irrespeto, falta de ética,
ese afán de maltratar al cliente, de mirarlo de arriba hacia abajo como si los
dependientes fueran seres superiores…
Aunque mi colega y yo fuimos de inmediato a
ver al director municipal de comercio, este lamentablemente no nos pudo atender
porque estaba en una reunión.
La muchacha que mal nos atendió, no sabe que muy pronto le brotará en sus ojos, un orzuelo...