lunes, 9 de septiembre de 2019

Camilo Sesto
















  El domingo último, este 8 de septiembre, amanecía en las redes la noticia de la partida de Camilo Sesto, el ídolo de la canción hispana, que durante 50 años conquistó escenarios y a más fans que ningún otro ser viviente en el mundo del espectáculo.
Refugiado en su casa, en las afueras de Madrid, fue ingresado en un hospital y por fallos renales partió de este mundo al amanecer del 8, faltando pocos días para cumplir, el 16 de septiembre, sus 73 años.
Aunque siempre, y lo he contado otras veces a los amig@s, desde mis últimos años de infancia y en la adolescencia escuchaba a los Beatles y a los exponentes de la Nueva Trova cubana, tuve a Camilo Sesto en mi casetera, uno de los pocos cantantes de la época que atraía mi atención, tal vez por aquella voz preciosa con matices  de alegría o tristeza según correspondiera con la pieza que interpretaba, su registro inconfundible y la belleza de su rostro adornado con su cabellera oscura y ojos azules intensos.
 Lo escuchaba siempre, lo escuchaba igual cuando dijeron que estaba prohibido porque había ido a Chile en el 1974 a cantar a Pinochet, y después de mucho tiempo supe que había ido a Chile a cantar al pueblo y que hasta una canción escribió en contra del golpista, cuando se hospedaba en un hotel en Santiago...

lunes, 2 de septiembre de 2019

La madre que alimenta…

Los dos...



El día de la matrícula, no pudimos resistirnos a la clásica foto

Ya pasé por eso una vez y no deja el acontecimiento de sorprenderme y emocionarme. Ahora mismo El Viti, mi hijo menor, está encaminando sus pasos por los más de 80 escalones de la  Universidad de La Habana, la segunda más antigua de Latinoamérica, después de la de Córdoba, en Argentina.
A estudiar la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía e Historia se dirige, hoy es el primer día, y su hermano asumió acompañarlo para recordar también aquellos momentos, hace 12 años, cuando subió por la misma escalinata, a la misma Facultad y a estudiar la misma carrera.
El tiempo es implacable,  cuando veo en las redes sociales la foto de los dos ante el imponente edificio de la Madre Nutricia me percato que, a punto de ser abuela, ya el Viti dejó de ser el más “chiquito” está del mismo tamaño que su hermano y enrumba sus pasos hacia el futuro como profesional para “tomar el pulso” a la sociedad, investigar, especializarse y aportar soluciones desde la cientificidad.
Dichosas las madres en Cuba que hoy también ven a sus hijos ingresar en la Educación Superior con la confianza en que saldrán listos para enfrentar la vida.
El Viti estará en una beca, compartirá los días con otros muchach@s, se hará de amig@s para toda la vida, como su hermano que los atesora.
Dentro de 4 años volveré al Aula Magna a verlo recibir su título universitario.
Mientras en casa, estamos de fiesta y aunque la nostalgia me atrape ante su cama vacía en la noche, soy feliz. A partir de ahora una nueva etapa se inicia en la vida de mi hijo menor, lo apoyaremos en lo que sea necesario, con la certeza de que todo irá bien bajo la égida del Alma Mater.