Dieciséis años atrás Ivette
González solo jugaba con sus manos y empezaba a desarrollar los sentidos del tacto, el olfato
y el gusto cuando fue víctima de la aberración. Se llevaron presos a su padre y
a su madre.
Creció en Cuba junto a la familia incompleta, porque René
González volvió a la Isla solo después de cumplir estrictamente hasta el último
día fijado en la injusta sentencia.
A Rosa
Aurora Freijanes, sin embargo le fue negado procrear, elemental derecho
humano, la vida le dio, por suerte otros hijos, que aunque no los llevó en el
vientre siente el amor infinito. Fernando González también cumplió la absurda
condena y desde este pedazo de tierra sigue en pie en la lucha hasta lograr el
regreso de sus otros tres hermanos.
Mirtha
Rodríguez añora con tener a su hijo en casa. Abrazarle a la hora que quiera
sin que medien miradas acusadoras. La
energía que puede emanar de sus más de 80 años la enfoca en el regreso de Tony,
porque este Héroe-poeta merece dormir tranquilo y seguir siguiendo al lado de
sus seres queridos y de tanta gente que le admira.
Ramón Labañino es un hombre cabal, padre y esposo, como ser
humano común ansía disfrutar junto a sus hijas, muchachas inteligentes que
tuvieron también que crecer sin la presencia física de su padre. Elizabeth
Palmeiro espera. La injusticia no puede perdurar.
Carmen Nordelo se despidió de este mundo sin abrazar a su
hijo. Adriana
Pérez tiene derecho a vivir junto a su esposo. Gerardo Hernández Nordelo
sueña con pasear por el malecón de La Habana.
Alguien ajeno decidió también el destino de esta pareja, les niega tener
descendencia y se empeña en afirmar que Gerardo tiene más de una vida.
Injusticia carente de argumentos. Juicios tramposos, odio
medular en contra de un pueblo que se levanta pese a más de 50 años de brutal
genocidio.
Ivette con sus ojos clarísimos, tendrá mucho que contar a sus
hijos. La historia de Cinco Héroes, constituye
infalible monumento a la vida…
¡Volverán!
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