jueves, 29 de enero de 2015

Ni eufóricos, ni escépticos: Protagonistas



  Mi generación y otras, antes o después, somos testigos de acontecimientos que ni siquiera imaginamos.
  El 17D trajo la alegría colosal de tener de regreso en Cuba a Gerardo, Antonio y Ramón, tres de Los Cinco por lo que tanto luchamos muchas personas de bien en el mundo.
  El anuncio simultaneo por parte de Raúl Castro, Presidente de Cuba y Barack Obama, presidente de Estados Unidos, del restablecimiento de relaciones entre ambos países despertó de inmediato múltiples sentimientos y otros tantos comentarios de todas partes.
  Sin dejar lugar a dudas aún constituye noticia a la cual se le da seguimiento. Unos mejor y otros peor, claro está; pero ese no es el caso.

  De pronto aparecieron entre los disímiles sectores sociales de la Isla quienes piensan que de inmediato “los americanos” van a venir a resolver todos los problemas que tenemos en nuestro país, entre ellos: las carencias asociadas al bloqueo económico y financiero que por más de 50 años impusieron sucesivas administraciones norteamericanas, que es real e intacto, el inmovilismo de otros, las mentes que no cambian a pesar de los reiterados llamados de la máxima dirección de la Revolución, los hechos de corrupción y las ilegalidades que se sucedieron en los últimos años y las indisciplinas sociales como consecuencia de indolencias y faltas de control, entre otras.
  Por otro lado están los recelosos que no comprenden bien lo que ocurre, que olvidaron o nunca asimilaron el concepto de Revolución descrito magistralmente por Fidel Castro, y que entre otros aspectos reclama “cambiar todo lo que debe ser cambiado”… esos maliciosos que piensan que Cuba no puede ser capaz de abrirse al mundo sin renunciar ni un ápice a principios éticos ni a conquistas sociales, innegables, conseguidas a fuerza de empeños y de lucha centenaria de nuestro pueblo. Algunos que se creen muy astutos y prefieren dejar las cosas como están para seguir viviendo del cuento. Y la minoría, esa “oposición” fabricada a cuenta del dinero que viene de enfrente, y entrenada para subvertir el proceso revolucionario, perfectible, pero que dio a los cubanos independencia y acceso a derechos elementales del ser humano.
  Se ha explicado que estas recientes conversaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos en el camino del restablecimiento de las relaciones diplomáticas son pasos para el entendimiento en cuestiones elementales y necesarias. Que aunque tenemos diferencias, es posible dialogar en un ambiente de respeto e igualdad de derechos, porque Cuba con su actuar ostenta prestigio en la arena internacional y, hasta los enemigos lo reconocen.
  Conocemos que en la voluntad del presidente Obama está el cambio de política hacia Cuba, porque más de 50 años de hostilidad demostraron lo obsoleto de los métodos.
  Pero…el bloqueo está ahí. La Ley de Ajuste Cubano está ahí.
  Me pregunto qué hará Estados Unidos en la próxima votación de la Organización de Naciones Unidas cuando Cuba presente su informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico y financiero, documento que cada año es aprobado por la abrumadora mayoría de los países que integran la ONU?
  Me pregunto si seguirán instando a la emigración ilegal que si llega a suelo norteamericano se adjudica el derecho a residencia y otros privilegios que no posee ningún otro ciudadano del mundo?
  Ante los acontecimientos vividos y los que están por venir, porque solo es el comienzo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, no podemos ser ingenuos, ni pensar que todo está resuelto, ni especular sobre la capacidad de llevar adelante un proceso serio, a la altura de la inteligencia y la cultura adquirida en tantos años de lucha de David contra Goliat.
  Del acontecer de estos tiempos, de la voluntad de Cuba de vivir en paz y convivir como buenos vecinos, del derecho a elegir cómo queremos existir, los cubanos hoy somos privilegiados protagonistas.
 

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