Siempre que Carilda Oliver Labra (Matanzas, 1922) recuerda
su Canto a Fidel, poema épico escrito en marzo de 1957, refiere que desde hace
mucho tiempo el líder revolucionario trascendió esos versos, sin embargo ella
los sigue amando y no puede excluirlos de sus antologías.
Los considera, además, un canto de amor y de paz, escrito por una mujer joven a un rebelde también pleno de juventud que soñaba con la libertad y sacrificaba lo mejor de su vida por esa causa.
Cuando se cumplieron 40 años del emblemático poema, el Comandante en Jefe Fidel Castro estuvo en Matanzas para celebrar, junto a Carilda, Premio Nacional de Literatura, el acontecimiento.
Con la modestia que lo define, Fidel narró ante algunos periodistas sus impresiones sobre la poesía. Testimonio que esta periodista guarda como verdadero tesoro:
"Lo recuerdo y sobre todo el gesto, la valentía, el espíritu en aquel momento, fue un poema guerrillero que subió a la Sierra Maestra, es muy bueno, no lo tomo como un homenaje a mi persona, sino a todos los que en aquellos días de la lucha en las montañas y el llano, tratábamos de derrocar a la tiranía de Batista".
La autora encontró en una revista norteamericana la entrevista que Fidel concediera a mediados de febrero de 1957 al afamado periodista norteamericano Herbert Mattews, en la cual el reportero afirmaba: “Fidel Castro, el líder rebelde de la juventud cubana, está vivo y peleando con éxito en la intrincada Sierra Maestra, en el extremo sur de la Isla…”.
Esa noticia con la certeza de que el joven abogado, a quien Carilda conoció durante sus estudios en la Universidad de La Habana, se encontraba al frente de los rebeldes, encendió una luz en la muchacha que escribía versos, y contaba ya con el Premio Nacional de Poesía por su cuaderno Al Sur de mi garganta.
Según explicó muchas veces Carilda, el Canto a Fidel llegó a la Sierra Maestra unos meses después de escrito, fue necesario que viajase muchos kilómetros dentro del zapato de un combatiente para que, sin mayores contratiempos, pasara los rigurosos controles de las carreteras en aquella convulsa época.
En el año 1958, luego de que saliera al aire Radio Rebelde, Violeta Casals, con su inconfundible voz le dio lectura, y al triunfo de la Revolución, periódicos locales reprodujeron el texto.
Para la historia dejó la editorial Vigía un pergamino editado especialmente cuando el poema cumplió su medio siglo, y hoy desde una pared, en mi casa, todo el que llega se acerca para escudriñar aquellas letras pirograbadas.
Es solo eso, un diminuto homenaje a un hombre universal que hace mucho tiempo, como dice la propia Carilda, trascendió esos versos:
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad.
Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
Gracias por todo, Fidel.
Los considera, además, un canto de amor y de paz, escrito por una mujer joven a un rebelde también pleno de juventud que soñaba con la libertad y sacrificaba lo mejor de su vida por esa causa.
Cuando se cumplieron 40 años del emblemático poema, el Comandante en Jefe Fidel Castro estuvo en Matanzas para celebrar, junto a Carilda, Premio Nacional de Literatura, el acontecimiento.
Con la modestia que lo define, Fidel narró ante algunos periodistas sus impresiones sobre la poesía. Testimonio que esta periodista guarda como verdadero tesoro:
"Lo recuerdo y sobre todo el gesto, la valentía, el espíritu en aquel momento, fue un poema guerrillero que subió a la Sierra Maestra, es muy bueno, no lo tomo como un homenaje a mi persona, sino a todos los que en aquellos días de la lucha en las montañas y el llano, tratábamos de derrocar a la tiranía de Batista".
La autora encontró en una revista norteamericana la entrevista que Fidel concediera a mediados de febrero de 1957 al afamado periodista norteamericano Herbert Mattews, en la cual el reportero afirmaba: “Fidel Castro, el líder rebelde de la juventud cubana, está vivo y peleando con éxito en la intrincada Sierra Maestra, en el extremo sur de la Isla…”.
Esa noticia con la certeza de que el joven abogado, a quien Carilda conoció durante sus estudios en la Universidad de La Habana, se encontraba al frente de los rebeldes, encendió una luz en la muchacha que escribía versos, y contaba ya con el Premio Nacional de Poesía por su cuaderno Al Sur de mi garganta.
Según explicó muchas veces Carilda, el Canto a Fidel llegó a la Sierra Maestra unos meses después de escrito, fue necesario que viajase muchos kilómetros dentro del zapato de un combatiente para que, sin mayores contratiempos, pasara los rigurosos controles de las carreteras en aquella convulsa época.
En el año 1958, luego de que saliera al aire Radio Rebelde, Violeta Casals, con su inconfundible voz le dio lectura, y al triunfo de la Revolución, periódicos locales reprodujeron el texto.
Para la historia dejó la editorial Vigía un pergamino editado especialmente cuando el poema cumplió su medio siglo, y hoy desde una pared, en mi casa, todo el que llega se acerca para escudriñar aquellas letras pirograbadas.
Es solo eso, un diminuto homenaje a un hombre universal que hace mucho tiempo, como dice la propia Carilda, trascendió esos versos:
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad.
Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
Gracias por todo, Fidel.
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