sábado, 19 de septiembre de 2015

Del grito de Dolores, un Vikingo y Cuba


En días recientes en México y Latinoamérica recordamos  el Grito de Dolores. Casualmente ambién por estos días dos periodistas matanceras anduvieron por la tierra linda y querida mexicana participando en un evento de periodismo científico, en Querétaro, con halagüeños resultados profesionales.
Tengo un amigo desde hace muchos años, El Vikingo, que también anda por esa nación azteca. Comparto con gusto esta crónica que me hizo llegar, para que no quede en un buzón de correo; sino para que los se asomen por aquí también conozcan de su orgullo de ser cubano. Gracias Vikingo!!


El orgullo de ser Cubano
 por: El Vikingo
 
Lo que hoy me motiva a escribir estas letras no es una fecha importante en Cuba, ni un acontecimiento relevante, es el resultado de una frase dicha por mi pequeña hija (5 años) en la escuela Mexicana,  donde hoy estudia, la cual me enorgulleció y me hizo pensar en esto que hoy comparto con ustedes.
Ayer 15 de septiembre en vísperas del día  16, en el que en este hermano país, se conmemora el Grito de Dolores, en un matutino especial,  la directora del plantel, con orgullo y visiblemente emocionada grito  a toda voz, “Viva México, inmediatamente se escuchó no menos alto, una pequeña voz infantil que sin dar tiempo a los pequeños mexicanos grito de igual manera, “ Y Viva Cuba también”, era mi hija entre tantos mexicanos. 

En México El Grito de Dolores es considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama, hizo a sus feligreses con el fin de que desconocieran y se sublevaran en contra de la autoridad virreinal de la Nueva España en la mañana del 16 de septiembre de 1810, para lo cual tañó una de las campanas de la parroquia de Dolores, hoy municipio de Dolores Hidalgo, estado de Guanajuato.
Este acto en sí,  constituye para los mexicanos una fecha de orgullo patrio, en el que sin ningún tipo de convocatoria se reúnen en los Zócalos (las plazas para nosotros) para celebrar con felicidad, canciones, comidas y bebidas el día que marcó el inicio de su lucha contra la metrópolis. En sus escuelas se celebra como fecha patria nacional y se le inculca a los pequeños esta tradición, la que después transmiten por generaciones.
Esto me hizo reflexionar en lo que nosotros los Cubanos debemos hacer, para  mantener, mejorar y perfeccionar la enseñanza de los valores patrios, y no solo hablo de la parte institucional, sino de la que nos toca como padres y cubanos.  Hablo de lo que debemos transmitirle a nuestros hijos desde la cuna, en el día a día, en el aprovechamiento de nuestra historia para que amen a su PATRIA a su PAIS, y que no lo vean solo como una clase más o consignas para un evento.
Nosotros los Cubanos debemos sentirnos orgullosos de tener un Martí que trascendió todas las épocas, del que se habla en el mundo entero y al que te encuentras en cualquier lugar del mundo representado en una escultura o busto como símbolo de respeto. Debemos contar a los más pequeños y entre nosotros los mayores sobre  las hazañas de Gómez y Maceo. Hay que darle  el verdadero lugar e importancia al haber acogido como nuestro al  Guerrillero Heroico, icono en el mundo entero de la lucha revolucionaria y al que todos consideran un cubano más.
Hay que reconocer en su justa medida el privilegio de haber podido compartir la época de nuestro Comandante Fidel y resaltar el sacrificio de aquella Generación del Centenario y de todos los que cayeron y hoy forman parte de nuestra historia. 
Creo desde mi modesta opinión, que debemos explotar más el orgullo por nuestros símbolos patrios, reproducirlos para que todo aquel que quiera tenerlo  en su casa, en el trabajo, como una prenda o hasta en un auto para exhibirlo lo haga, porque eso es parte de nuestra identidad y no deben quedarse solo para las escuelas, sitiales de honor, centros de trabajo o instituciones oficiales.
Cumplir con esto, inculcarlo y predicarlo como lo hicieron nuestros próceres es lo que hace que el hombre tenga arraigo con su tierra, que cuente con valores y disfrute sus principios y sobre todo que sea respetado como lo somos nosotros los Cubanos.
He tenido la posibilidad de encontrarme con cubanos que residen fuera de nuestro país y me alegra ver como la mayoría de ellos se sienten orgullosos cuando mencionan que los cubanos son valientes, que tienen mujeres hermosas, que tienen una comida sabrosa, una sandunga tremenda y por sobre todas las cosas,  que no le han temido al mayor imperio durante más de 50 años.
En estos encuentros siempre me ha impactado como todos, aun con diferentes criterios se unen a través de la cultura, celebran fechas señaladas, comparten algunos tragos y comentan como sus hijos esperan ansiosos las vacaciones para ir a Cuba, pues allí encuentran el calor humano que aquí no los llena. 
Se evidencia el amor a esa isla, que cuando está lejos se ve más grande y hermosa y los defectos que tenemos se minimizan, eso es Patriotismo.
Todas estas vivencias y ejemplos me han hecho reflexionar sobre lo que podemos hacer por nuestra patria y nuestro futuro y me compromete para seguir inculcándolo a mis hijas. No puedo dejar de reconocer que la sorpresa por él,  “Y Viva Cuba también” de mi traviesa cubanita me hizo sentir bien adentro “El Orgullo de ser Cubano”.






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