Me llegaban por una
lista de correo, cuando todavía Facebook, Twitter, Linkedin y los blogs estaban
lejos de aparecer en el ciberespacio.
Cómo carajo sabrán mi
correo? Me preguntaba; pero las noticias fluían ágiles, inmediatas, y Cuba
Coraje era la red que proveía tanta información y Rosa Cristina Báez, conocida
como la Polilla Cubana, rastreaba noticias, enviaba los correos, y multiplicaba
con cientos y cientos de amigos de muchos lugares del mundo la verdad de Cuba.
Con el tiempo y un
ganchito supe que, además de salvaguardar y difundir siempre la realidad de la
Isla, integraba la Tropa Cósmica, ese grupo numeroso que en cualquier lugar del
mundo comparte la pasión por la obra de Silvio Rodríguez, ese trovador que une
a mucha gente, entre otras cosas por ser un gran ser humano.
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En Fresa y Chocolate, en un encuentro de la Tropa Cósmica en La Habana |
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Con los Troperos en La Habana |
Andando ya Facebook y
Twitter y Linkedin y los blogs, empezamos a compartir y socializar contenidos,
denuncias sobre la manipulación que los consorcios mediáticos publican en
contra de la Mayor de las Antillas.
Fue la Polilla de
las primeras en enrolarse en la campaña por la Liberación de Los Cinco, que
tuvo en las redes sociales de la Internet un gran campo de batalla, una batalla
inteligente, con paciencia. Intercambiaba cartas con los antiterroristas,
estaba al tanto de cuánto juicio, reclamación, solicitud estuviera relacionada
con el caso. Lloró cuando todos pisaron suelo cubano, lloró como muchos cubanos
y cubanas.
Un día llegó a
Matanzas a un encuentro de blogueros, otro día vino a decir algunos de sus
poemas en una peña que tenía mi Rey en la casa del joven creador de mi ciudad.
Ese día vino con Vicente Feliú y Aurora, su esposa, ese día hizo mucho frío en
la urbe de ríos y puentes; pero la gente disfrutó. Rosa estaba contenta.
Comimos en familia fritada
de bonito, tamales, vegetales y arroz congrí, tomamos vino y se llevó una copia
de mi foto con Fidel.
El día que Segunda
Cita, cumplió su primer lustro y nos reunimos los segundaciter@s en el Patio de
las Yagrumas, del Centro Pablo, en La Habana Vieja, institución que encabeza
nuestro querido Víctor Casaus, le llevé, como a casi todos, un texto de Vigía,
esa editorial que hace a mano todos sus libros, y brillaron sus ojos como el de
una muchacha pícara, feliz.
Me llamaba hermana y
a mi Rey “sobrino preferido” muchas veces hablamos, otras bastaba con un “like”
o con retuittear uno de sus contenidos. Ella, la Polilla, siempre estaba…
Hoy la noticia
sacudió de un tirón todas las fibras. No atino apenas a coordinar bien las
ideas. Sabía que estaba enferma; pero !Rosa, mija, no era para tanto…!
Su vida toda la
dedicó a defender a Cuba, y como dijo Silvio al conocer de la noticia “Hoy como
nunca son una sola” y la contundente frase da fuerzas. Descanse usted en paz, Polilla
Cubana, hay una hueste en pie, para seguir en el camino…