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El Viti bien temprano estaba listo para iniciar el curso escolar |
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Antes de salir para el IPVCE |
El Viti, mi hijo menor, sin remolonear se
tiró de la cama al primer llamado, en un dos por tres estaba listo para salir
hacia la escuela. Es su segundo año en el Instituto Pre Universitario
Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx, de Matanzas, en Cuba, aunque en las
vacaciones no perdió el contacto con sus compañeros y amigos de clase, ahora
vuelven a encontrarse para compartir conocimientos y hasta el pan de la
merienda.
Me queda la nostalgia de aquellos primeros
días cuando se iniciaba como un estudiante y lo llevaba de la mano para cruzar
la céntrica calle de Milanés que conducía a su escuela primaria. Allí donde
también estudió su hermano.
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A la escuela Julio Pino Machado desde temprano se dieron cita los niños con su familia |
Ahora, por supuesto, no tengo que abrochar
cordones de zapatos, ni abotonar camisas; pero estoy igual pendiente de que
todo esté en orden…
El Viti es un adolescente privilegiado,
cuenta con la base material de estudio, bibliografías, profesores y las
condiciones indispensables para formar su intelecto y, si se lo propone,
continuar estudios en la educación superior. En unos años me traerá, igual que
hizo su hermano, el título de graduado universitario.
Hoy en Cuba se inicia el nuevo período
lectivo, más de 10 mil 600 centros de la educación general abrieron sus puertas
para recibir al más de un millón 700 mil estudiantes.
Mi sobrino mayor partió temprano para la
Universidad de Ciencias Médicas, a donde comenzará su preparación para formarse
como estomatólogo y el otro, ya piensa en los exámenes de ingreso, pues llegó
al 12 grado, en el pre universitario Enrique Hart.
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En el patio de la escuela, esperando el acto de inicio del curso |
Ahora hasta donde escribo me llega la
algarabía de los muchachos de la escuela primaria vecina. Los que llegan por
primera vez con caritas de asombro. Todos, sin excepción, van vestidos de
uniformes, limpios, calzados, bien peinados y con mochilas multicolores. Los
padres y abuelos acudían a la cita del primer día para ser partícipes del acto
de inicio de curso escolar.
Todos nacieron con el derecho al acceso a la
educación, yo nací con ese derecho. No puedo ocultar el regocijo al verlos
correr y sonreír, algunos echan su lagrimita boba porque extrañan las
costumbres de la casa, pero en unos días saldrán corriendo nada más escuchen el
timbre que anuncia la entrada a la escuela.
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Los niños de pre escolar ya estaban en el aula |
Cada septiembre, desde que empiezan los
preparativos, constituye fiesta, dobladillos, botones, los dichosos zapatos,
más o menos nuevos, unos van con zapatillas caras, otros con tenis más cómodo
al bolsillo de los padres o abuelos; pero todos recibirán por igual los
necesarios conocimientos para el desarrollo, para el futuro…
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Se acabaron las vacaciones! |
Me abstraigo en el tiempo y respiro el aroma
del perfume de mi primera maestra, aquella que ya no está en este mundo, pero
siempre predijo que sería periodista. Ella con zapatos altos, leve maquillaje y
un moño como peinado, se sentaba al piano y nos invitaba, con los primeros
acordes, a cantar: Din dila, din dilá…din dila…
Qué lindo, Barbarita. Hay que luchar por esta Cuba.
ResponderEliminarGracias querido amigo! tu y yo, y un montón de gente más luchamos todos los días por esta Cuba. Abrazos!
EliminarBárbara..., las escuelas, el olor a tiza (sí! yo sí creo que la tiza tiene su olor), a lápices, papeles y alegría...
ResponderEliminarQue tengan un buen año lectivo los niños y jóvenes cubanos que ejercen en toda la isla, sin excepciones, su derecho a aprender.
Mimí claro que percibo el olor a tiza, fíjate que hasta coriza me da cuando la utilizo mucho...
ResponderEliminarGracias amiga por tener a Barbarisimacuba en cuenta!!
... me trajo a Barbarísimacuba el olor a tiza (jajaja)
ResponderEliminarMimí.
Una maestra frustrada.