Locomotora de vapor, objeto museable, del Ingenio España Republicana |
El ingenio...
Está en el mismo lugar, pero el sitio casi vacío…
Cuando empezaba la zafra en el Central España Republicana hacían una fiesta.
La gente sacaba de cajones, escaparates y closet lo más nuevo y elegante. Las mujeres iban a la peluquería, mientras los grandes tanques de 55 galones enfriaban cerveza…
El olor a “melao” quedaba suspendido en el ambiente, el humo de las dos chimeneas gigantescas anunciaba la molienda.
Entrada al ingenio por la vía de acceso desde la carretera central |
En aquella época, la que recuerda con memoria fotográfica Bárbara María, el Central España era la fábrica de azúcar más grande de la provincia de Matanzas, su producción constituía casi el 15 por ciento del total de la del territorio y sus dos tándems eran capaces de tragar en cada jornada 750 mil arrobas de caña.
Azúcar crudo, refino, dextrana (derivado de la caña. Polímero de la glucosa que tiene múltiples usos en la industria farmacéutica, de cosméticos y del petróleo) y mieles constituían la producción de la fábrica que empleaba a más de 300 obreros, desde el basculador, molinos, hornos, calderas, tachos, centrífugas, refinería, almacenes, talleres de maquinado, transporte y todo el engranaje necesario para que un ingenio funcione, o muela caña, que es lo mismo.
Había que ver un turno del central en pleno apogeo, en el laboratorio los técnicos valoraban pol, Ph, color, temperatura…las auxiliares iban de un lado a otro recolectando muestras del guarapo, el cristal en los tachos, el color del granito de azúcar tibio, transparente…casi perfecto...
Un ángulo diferente de la fotógrafa Marisol Ruiz |
En los hornos, pendientes los hombres de que no faltara la energía, cuando el tacho botaba una templa sonaba un silbato y avisaba al maestro de azúcar.
La sala de control recibía y enviaba datos, cifras, cálculos, por aquel teletipo de la Segunda Guerra Mundial que sonaba tan alto como un tren en la vía férrea…
En el patio del ferrocarril se cambiaban chuchos, llegaban trenes, salían vagones vacíos listos para la carga nuevamente…un ciclo vivo aquel de la caña cortada en trozos pequeños por las cuchillas en los molinos que concluía en la blanca azúcar, lista para endulzar el café…
Otra vista de la entrada al Central España Republicana |
Las romanas con sus grandes pesas para contar cada una de las arrobas de la caña.
En las oficinas, gente nada burócrata…garantizaba recursos humanos, nóminas, controlaban cuentas por pagar, por cobrar, balances económicos, saldos, debitos y créditos. El laboratorio reproductor de entomófagos, control biológico para plagas y enfermedades en la gramínea. Todo funcionaba como la maquinaria engrasada de un estupendo reloj suizo.
Lo mejor, la gente. Trabajadores honrados, de familias humildes y dignas. Sus hijos iban a la escuela, las esposas eran las maestras, tenderas, costureras en el taller que cosía sacos para envasar azúcar, o se desempeñaban como oficinistas, contadoras, secretarias, recogedoras de muestras en el laboratorio, o simplemente preparaban almuerzos, comidas, sábanas limpias y hogares listos para recibir a la parte de la familia que buscaba el sustento honradamente.
La mole de hierro...vacía |
A la izquierda, cuando cruzas la línea del ferrocarril... |
Ya no hay fiestas ni cuando inicia ni cuando concluye…ya no hay zafras. Desde hace tiempo políticas gubernamentales, erradas o no, decidieron parar el corazón de aquel Batey próspero y dulce.
Todo ser humano que llega hoy al Central España siente que la fábrica está ahí, pero el sitio vacío…
Las torres calladas... |
La mole de hierro que queda en pie, rememora cada uno de los buenos y malos momentos de sus cientos de años de utilidad y bien social.
Tal vez, en silencio, espere por alguien que venga, y se “plante” dispuesto a escribir su historia.
Lo que queda del Central España Republicana |
Muy bonita cronica ,muy interesante....Yo recuerdo esa historia.. y tambien a Primavera y Flor de Mayo,estaban muy cerca de mi,mi familia y mi corazon...y si todo funcionaba porque lo destruyeron ?
ResponderEliminarja,ja ja,no pierdo mas el tiempo.
ResponderEliminarMaria Teresa Olivera Hernandez...