El día de su cumpleaños, en su casa, el que escribe (d) es mi colega Ventura de Jesús |
(Entrevista a Carilda Oliver Labra, publicada el 6 de julio de 2012 en el periódico Granma, de Cuba)
Bárbara Vasallo y Ventura de Jesús
La poetisa Carilda Oliver Labra cumple 90 años de edad. Nada
han podido al parecer las tribulaciones de la vida y las decepciones reales e
imaginarias. Esta mujer, Premio Nacional de Literatura, es también una
demostración gozosa de que vale la pena vivir.
No hay asomo de cansancio en esta excelsa figura de la
cultura cubana y las letras hispanoamericanas. Muy educada, con una gentileza
de antaño, habla en voz baja y con sencillez. A ratos deja ver una sonrisa
leve, pícara, como divertida de su insondable imaginación.
Solo lamenta que no existan ya en el mercado cintas para
máquinas de escribir porque “no soporto las computadoras, prefiero hacer manuscritos,
bien tarde en las noches, soy una mujer nocturna”.
Expresa nostalgia por sus hermanos que abandonaron el país, sus padres que fueron detrás de los nietos, aunque ella prefirió viajar “de Cuba para Cuba”, dijo cuando su padre preguntó si le preparaba el pasaporte.
Expresa nostalgia por sus hermanos que abandonaron el país, sus padres que fueron detrás de los nietos, aunque ella prefirió viajar “de Cuba para Cuba”, dijo cuando su padre preguntó si le preparaba el pasaporte.
Después de un breve silencio intenta resumir la idea con otra
imagen. “Ninguna palma se puede ir de Cuba”.
Sobre su increíble vitalidad, comentó: “Es una
semilla que no me han podido arrancar ni siquiera los problemas, porque
he tenido una vida muy dura, aunque no lo parezca…Todas las mañanas me
despierto y doy gracias al sol. A mí nadie me ha enseñado a vivir…moriré cuando
Dios quiera. La vida es luz y no concibo que alguien haga algo por
quitarle la vida a otro ser humano. La guerra me parece una cosa terrible”.
Conversamos por espacio de una hora en la quietud de su casa, en la ya legendaria Tirry 81, donde vive de manera modesta y son perceptibles las trazas de su larga existencia. El espacio de su hogar es quizás el mejor retrato de su alma y de su tiempo.
Conversamos por espacio de una hora en la quietud de su casa, en la ya legendaria Tirry 81, donde vive de manera modesta y son perceptibles las trazas de su larga existencia. El espacio de su hogar es quizás el mejor retrato de su alma y de su tiempo.
Nos acomodamos en una pieza no tan amplia, de techo alto, con
un gran ventanal que da al patio interior colmado de plantas. Viejos estantes
están repletos de libros y de papeles, no muy ordenados. Otros documentos están
dispuestos sobre improvisadas estanterías. En las paredes realza el retrato de
sus padres.
La poetisa viste sin pompa, lleva pantalón gris y blusa de
flores. Contesta con calma las pocas preguntas a las que echamos mano de un
largo cuestionario.
Autora de títulos muy conocidos y de mucha trascendencia, a
Carilda se le ilumina el rostro cuando habla de volúmenes como Se me ha perdido un hombre, o los
poemas Canto a Fidel y Canto a Matanzas. De
cualquier manera confiesa que su libro preferido es Al sur de mi garganta “por el cariño que le tengo y por que
fue mi primer premio; pero hay libros más adelantados, en el orden
técnico, escritos con más ternura y amor...cosas más puras...”
Habla con admiración sobre ilustres personalidades de las
letras con quienes trató, como Ernest Hemingway, Rafael Alberti, Pablo Neruda,
Gabriela Mistral, Dulce María Loynaz, Gabriel García Márquez, y Mario
Benedetti, entre otros. Cree sin embargo
que ninguna otra personalidad de este mundo, como Fidel, establece mejor la
dimensión humana y social del hombre de su tiempo.
¿Cuáles son sus urgencias ahora a los
90 años?
“En estos días estoy en los detalles, revisando, para
descartar
muchas cosas, si dentro de todo va a quedar algo que sea lo mejor, de
acuerdo con mis nuevos conceptos porque una va cambiando con la edad...
“Es labor de depuración, no de arreglar, sino quitar, es trabajo
bueno para el poeta, me conduce... porque las inspiraciones son
pocas, porque la vida va dejando lo que pudiéramos decir las grandes
palabras, los grandes temas, porque ya el amor no es el de cuando
empieza, es cristalizado, profundo, que produce otro tipo de
literatura, que puede producir prosa, donde se hable de ese amor...”.
muchas cosas, si dentro de todo va a quedar algo que sea lo mejor, de
acuerdo con mis nuevos conceptos porque una va cambiando con la edad...
“Es labor de depuración, no de arreglar, sino quitar, es trabajo
bueno para el poeta, me conduce... porque las inspiraciones son
pocas, porque la vida va dejando lo que pudiéramos decir las grandes
palabras, los grandes temas, porque ya el amor no es el de cuando
empieza, es cristalizado, profundo, que produce otro tipo de
literatura, que puede producir prosa, donde se hable de ese amor...”.
De su Canto a Fidel, que en este 2012 cumplió 55 años,
refiere:
“La visión que tengo, después de tantos años, aparte de ser un líder
político, Fidel es líder humanista, científico porque ¿a quién se la
ha ocurrido dedicarse en un país a mejorar la medicina para mandar
médicos a otros países?
“Es muy difícil escribirle a Fidel, porque no hay los buenos cantos a Fidel,
esos están por escribir todavía...Fidel, al igual que el Che, son personajes muy difíciles, no es solamente por la heroicidad, sino por lo que representan como seres humanos.
“El Canto lo escribí en el momento, por eso es tan juvenil, es el
canto de una mujer, de una muchacha, tocando una diana de guerra.
Fidel está en el Canto, era el Fidel de entonces, pero que es el mismo
que yo conocía de la universidad y lo relacionaba con el anterior,
además tenía una aureola extraordinaria... Ahora Fidel no cabe en un
Canto...”.
“La visión que tengo, después de tantos años, aparte de ser un líder
político, Fidel es líder humanista, científico porque ¿a quién se la
ha ocurrido dedicarse en un país a mejorar la medicina para mandar
médicos a otros países?
“Es muy difícil escribirle a Fidel, porque no hay los buenos cantos a Fidel,
esos están por escribir todavía...Fidel, al igual que el Che, son personajes muy difíciles, no es solamente por la heroicidad, sino por lo que representan como seres humanos.
“El Canto lo escribí en el momento, por eso es tan juvenil, es el
canto de una mujer, de una muchacha, tocando una diana de guerra.
Fidel está en el Canto, era el Fidel de entonces, pero que es el mismo
que yo conocía de la universidad y lo relacionaba con el anterior,
además tenía una aureola extraordinaria... Ahora Fidel no cabe en un
Canto...”.
Al despedirnos, ya en la puerta de su casa, hizo gala de esa
fina sensualidad que la circunda desde hace muchos años quizás sin ella
quererlo del todo, y confesó risueña que
se debatía en la disyuntiva de vestirse de verde o azul en la noche del 5 de
julio, víspera de su cumpleaños, y que quizás el vestido de tirantes (regalo de
un amigo) no era apropiado para su edad.
Para rematar dijo en tono picaresco y con algo del rubor que
daba brillo a los ojos azules de su juventud. “El día está bueno para irse a
algún lugar donde a una no la conozcan”.
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¡Lindo Bárbara!
ResponderEliminarLa entrevista no tiene desperdicio, y la frase final ha sido el lema de mi día de hoy
Me ha encantado escuchar la voz de Carilda
Gracias
Carmina me alegra tanto que hayas disfrutado el post!! te adelanto que preparo un material en audio para también compartirlo...
EliminarGracias y un abrazo
Qué ternura, Bárbara!! Me encantó la entrevista.
ResponderEliminarDónde te perdiste Carmina?
Besos a las dos
Bueno a veces también quisiera perderme...cuando miro este mundo al revés...
EliminarGracias Mayte
Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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