Cuando fisgoneo en los buscadores el nombre de Indaya aparece en idioma que no conozco, ni siquiera el traductor de Google puede ayudarme a resolver la situación.
Tal vez sea una lejana región del Medio Oriente,
o cualquiera sabe de qué sitio desconocido…
La que inspira estas líneas es nombre de
aquel barrio periférico de mi ciudad de Matanzas, que hace más de dos
décadas empezó a poblarse por personas
que llegaban de las provincias orientales.
Era una especie de “llega y pon” y las casas
podían ser de cartón y zinc, madera de palma, barro y también cantos, bloques y
mampostería…
Los años perfeccionaron algo el lugar. Hoy el
contraste suele ser menos evidente que antaño, aunque el asentamiento muestra
aún algunas viviendas demasiado artesanales.
En Indaya existe un Consejo Popular, la gente
viste modestamente, las calles carecen de asfalto y aunque una ruta de ómnibus
llega hasta lo más intrincado, no sucede así con la cultura, que casi no llega…
El día en que estuve por primera vez tuve la
sensación de que andaba por la lejana región del Medio Oriente, sentía que me
miraban; pero no sabía de dónde, después me percaté de ciertos movimientos
detrás de las ventanas.
Percibo que cuando llueve es difícil llegar a
Indaya. Cuando conversé con algunas personas me di cuenta inmediatamente que
son nobles, amables y laboriosas. Se ganan la vida con el fruto del trabajo ya
sea estatal o por cuenta propia, sus hijos están vestidos y calzados, acuden a
las escuelas y sonríen sanos.
Indaya es como el fin del mundo. Algunos en
mi ciudad se empeñan en nombrarle Canímar, por su cercanía a las márgenes del
río, donde otrora los esclavos del Cafetal La Dionisia, iban a moldear las
tejas para los techos de sus amos franceses.
Tal vez el nombre no sea del agrado de
muchos, todavía no sé las causas, dije antes que ni el buscador de Google pudo
ayudarme a desentrañar los misterios de aquel idioma extraño…
Lo cierto es que el venidero viernes seis de
diciembre Silvio Rodríguez, subirá a un improvisado escenario, muy cerca de
aquella ceiba copiosa y retadora.
Indaya, y su gente buena, y los que vendrán
de cualquier otro sitio cercano o más lejano, corearán al viento sus canciones.
Iroko
desde su asiento bendecirá al declarado, “sin humos o presunciones…trovadorantiguo”
Barbarita:
ResponderEliminarEl nombre de Indaya se lo asignaron, en la época en que empezó a engendrarse el barrio a partir de la localidad homónima, que servía de escenario a una aventura cubana de esos años, protagonizada por Fidel Pérez Michel llamada el Jaguar.
El Jaguar fue un intento de hacer una aventura de artes marciales en la época donde proliferaban los filmes de Bruce Lee en la isla. Después de haber sido perseguido en sus ciudad por sus ideas políticas, el personaje principal debía refugiarse en la selva amazónica hasta llegar a un pueblo llamado Indaya, donde se enamora de una indita llamada Arasay, cuyo hermano protagonizado por Robertico Torres, alias el payaso "Choricito" recibía el nombre de Piquirí.
Casi nadie recuerda ahora esas aventuras, pero Indaya es ya parte indisoluble de nuestra matanceridad Desde aquí envío un saludo a mis compañeros de la UMCC que viven en ese barrio de gente humilde y trabajadora.