Fotos prestadas del Centro Pablo |
No hubiera querido ver esa repercusión.
En la televisión hablaron esta mañana de la “trovada” de
este miércoles en La Habana, a dónde no pude llegar a acompañar a mis amigos,
porque no apareció como trasladarme apenas 100 kilómetros.
Si me lanzaba en “botella” tal vez no hubiera llegado a tiempo, con el
nudo en la garganta, para quedarme
quieta en un rinconcito y agradecer a Santiaguito Feliú su derroche de
inteligencia y terquedad, y ser mi contemporáneo.
A veces los medios no difunden tanto a los trovadores o a la
trova misma como merece. Sin embargo
esta mañana hablaban de “repercusión”, y él tan zurdo y empecinado resurgía en
cada mano que acarició cuerdas, en los ojos enrojecidos de sus compinches de
travesuras y en los que seguirán empuñando guitarras para que su verbo siga en
pie…
El trovador ahora reposa
un poco de su existencia bohemia. Cada partícula de ceniza ya está convertida
en canción.
¿la televisión cubana solo pasa conciertos de trovadores cuando mueren? Qué pena... !hay tantos vivos!
ResponderEliminarBárbara: En Buenos Aires se hizo un concierto homenaje a Santiago. Hubo muchos amigos allí, y tuve la suerte de estar. Se realizó en el auditorio de El Revolucionario (lugar donde lo conocí) que pertenece a la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo. Fue organizado por nuestros comunes amigos, Alida y Carlos.
ResponderEliminarAquí también se lo recuerda con mucho afecto.
Abrazos!