Las Palabras que me acompañan... |
Con mi Rey... |
Claro que no es un libro nuevo, ya se presentó antes en la
Feria del Libro con toda la justeza que merece.
Igualmente, no son nuevas para mí las crónicas que se incluyen en el libro
publicado por la editorial Unión, prologado por la colega Rosa Miriam Elizalde
y editado por la también escritora Olga Marta Pérez. Soy lectora de ese espacio
dominical en el sitio Cubadebate desde que aparecieron las primeras Palabras de
Marta
Valdés.
Pero encontrar a
Marta Valdés, cuando la Feria del Libro, en su edición número 24, decía adiós
en mi ciudad de Matanzas constituyó el mejor regalo de domingo, máxime cuando
disfrutar de sus anécdotas y de su memoria prodigiosa ocurre en vivo y en
directo y no a través de la página digital.
En el museo Palacio
de Junco los organizadores de la fiesta literaria dispusieron lugar para que no
faltaran guitarra y piano, poetas y amigos, y Marta, fresca, ágil y
extremadamente lúcida recordara con Hilda Elvira Santiago momentos de
tertulias, nombres, santos y señas de personas cercanas o más lejanas, vivas o
desaparecidas que tuvieron que ver con sus andadas por las calles de la urbe de
los ríos, a dónde siempre vuelve la artista.
El quinqué de Vigía diseñado por Marialva Ríos |
“He estado mucho
tiempo bebiendo agua del Pon Pon para salvar la vida” dijo, en una broma muy en
serio, refiriéndose al manantial legendario del barrio de La Marina, tan
marginal como humano.
Y es que Matanzas le
debe a Marta aquel San Juan murmurante, salido de la locura de Milanés al que
ella puso música inolvidable; y un José Jacinto,
que nunca la confundió con un fantasma…le debe, además, aquellas noches de
cojines en el suelo, de poesía y trova infinitas, anhelo de los que hoy, cuando
escuchan los cuentos, lamentan no haber nacido antes para cantar junto a ella.
Hilda Elvira Santiago antes de tocar el piano |
Fue un encuentro
desprovisto de formalidades, sin halagos excesivos. Se llevó otro quinqué de
Vigía, confeccionado por manos artesanas, girasoles enormes, libros y el cariño
de cada ser humano que allí vio humedecer más de una vez sus ojos.
Antes nos habíamos saludado, la interpelé para dejar en la Tablet una
imagen junto a mi Rey… Tímida acerqué el libro para guardar para siempre su autógrafo,
levantó la mirada por encima de los espejuelos y con su impecable letra, esa
mujer a la que han interpretado los grandes, quien guarda anécdotas y Palabras
de otros inmensos, escribió:
“Para Bárbara con la
felicidad de escuchar a su trovador. Esperando sus lecturas”
http://www.cancioneros.com/nc/2857/0/palabras-o-y-con-tus-palabras-marta-valdes
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