El cuatro de noviembre de 2001 durante el paso del huracán Michelle por la provincia de Matanzas |
José Miguel Solís, el colega y amigo de todos
los tiempos me trajo la noticia que recibí todavía soñolienta.
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Falleció
Candito, en la madrugada, casi al amanecer, tenía una neumonía…
Desperté definitivamente y pedí que me
repitiera el nombre porque no entendía bien.
Cándido
Domínguez García se fue de este mundo sin dejar nada pendiente, periodista
desde los pies a la cabeza, o viceversa, aunque en los últimos años el mal de
Alzheimer ya no lo dejó pensar ni crear..
Con virtudes más que defectos consagró su vida
al sacerdocio que es el periodismo, y su voz joven, en los años 50, traspasó el
éter en la otrora emisora Radio Tiempo de Matanzas, para iniciar el camino que
no abandonó jamás.
En la Universidad de La Habana fundó las
Milicias Estudiantiles, dirigió la revista Alma Mater, fue redactor
latinoamericano de la Revista Mundo Estudiantil, de la Unión Internacional de
Estudiantes que se editaba en Praga, entonces capital de Checoslovaquia y de
todas aquellas aventuras siempre tenía una anécdota matizada con su voz
especial.
Cuando surgió la Unión de Periodistas de
Cuba, Cándido fue de los primeros en integrar sus filas, en el año 1974 fecha
en que nació la Agencia de Información Nacional, allí estuvo el periodista para
crear la corresponsalía de la Isla de la Juventud y luego trasladarse a
Matanzas, sitio del cual se jubiló hace cuatro años.
Jodedor cubano, admirador de la belleza
femenina, impuntual hasta la enésima potencia, amigo de sus amigos, con sentido
de la justicia y admirador de Baco, la deidad mitológica del vino, Cándido hizo
siempre honor a su nombre más por lo sincero, franco y candoroso que por
ingenuo, inocente o inexperto.
Cuando empezó a “trocar” los viernes con los
miércoles, la contraseña de acceso al correo electrónico, sustantivos propios
por comunes y agregar más incidentales de la cuenta a un despacho cablegráfico,
comprendí que sus cambios de carácter estaban asociados a la memoria y vi
irremediablemente que ya no era el mismo…
La vida juega mala pasada. Partió Cándido.
Los buscadores identifican su nombre por la nota del Premio por la obra de la
vida que le entregó la UPEC en Matanzas. El premio Bonifacio Byrne, que recibió
hace un par de años, y no pudo reconocer bien a los colegas que le acercaron a
saludarle…
Partió Cándido; pero en cada acontecimiento
de la vida social, económica y cultural de esta tierra andará buscando la
noticia. Partió Cándido, pero más allá de buscadores ineficientes, su nombre es
historia.
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