lunes, 2 de septiembre de 2019

La madre que alimenta…

Los dos...



El día de la matrícula, no pudimos resistirnos a la clásica foto

Ya pasé por eso una vez y no deja el acontecimiento de sorprenderme y emocionarme. Ahora mismo El Viti, mi hijo menor, está encaminando sus pasos por los más de 80 escalones de la  Universidad de La Habana, la segunda más antigua de Latinoamérica, después de la de Córdoba, en Argentina.
A estudiar la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía e Historia se dirige, hoy es el primer día, y su hermano asumió acompañarlo para recordar también aquellos momentos, hace 12 años, cuando subió por la misma escalinata, a la misma Facultad y a estudiar la misma carrera.
El tiempo es implacable,  cuando veo en las redes sociales la foto de los dos ante el imponente edificio de la Madre Nutricia me percato que, a punto de ser abuela, ya el Viti dejó de ser el más “chiquito” está del mismo tamaño que su hermano y enrumba sus pasos hacia el futuro como profesional para “tomar el pulso” a la sociedad, investigar, especializarse y aportar soluciones desde la cientificidad.
Dichosas las madres en Cuba que hoy también ven a sus hijos ingresar en la Educación Superior con la confianza en que saldrán listos para enfrentar la vida.
El Viti estará en una beca, compartirá los días con otros muchach@s, se hará de amig@s para toda la vida, como su hermano que los atesora.
Dentro de 4 años volveré al Aula Magna a verlo recibir su título universitario.
Mientras en casa, estamos de fiesta y aunque la nostalgia me atrape ante su cama vacía en la noche, soy feliz. A partir de ahora una nueva etapa se inicia en la vida de mi hijo menor, lo apoyaremos en lo que sea necesario, con la certeza de que todo irá bien bajo la égida del Alma Mater.

   

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