Al bate...Mariano Alvarez

(A propósito de la primera Serie Nacional de Béisbol revolucionario)

En el mundo del béisbol en Cuba hay un nombre que los aficionados recuerdan siempre.

Mariano Alvarez (23 de noviembre de 1929) se ganó por derecho propio el respeto de sus compañeros en el terreno y la admiración de la afición que le aplaudía ensordecedoramente.

Mariano Alvarez

Fundador de la Serie Nacional en el Beisbol revolucionario, Mariano cuenta en exclusiva como llegó al deporte nacional:

“Nací en el central Agramonte, en el municipio de Florida, provincia de Camagüey, y en la escuela #14 del central, después de las clases formaban un piquete y allí jugaba.

“Parece que me destacaba en algo y me captaron para integrar una liga local. Como yo era chiquito de edad y tamaño me dejaban para el final; pero siempre me las arreglaba para jugar.”

Mariano Álvarez cubre su cabeza con una gorra. Las tiene de varios colores y emblemas beisboleros de equipos del mundo, pero la preferida es la que tiene bordada la C del Cuba.

En su apartamento del Central España Republicana, en la provincia de Matanzas, junto a los trofeos que atesora, trae a la memoria momentos que marcaron su vida:

Mariano en los tiempos de la Liga de Pedro Betancourt

“Estuve en una liga juvenil con 15 ó 16 años, después me llevaron de refuerzo para la otra pelota (la profesional) del equipo de Camagüey”.

Participó en ligas azucareras de su provincia y en la Popular de la antigua provincia de Oriente, hasta que le llegó un telegrama que le cambió el rumbo a su vida.

“Me avisaron y me fui para el Hershey, yo jugaba shortstop, empezaron las prácticas y a todo el que le preguntaba me decía que ocupaba la misma posición. Me fue a ver a quien estaba al frente y me dijo que estuviera tranquilo, que él sabía lo que hacía.

”Me quedé hasta el final para ver lo que hacían los otros. Cuando me tocó la “boté” tres veces del terreno…

El experimentado pelotero se emociona y los ojos de un verde intenso parecen nublados. Los años y el terreno dejan ver huellas en su piel curtida.

“Pedro Martínez me trajo para el España, para que jugara como shortstop en la Liga de Pedro Betancourt. Firmé la planilla. Bulido Delgado y Armando Guasch (fanáticos de la pelota en el España) fueron a buscarme al Central Agramonte.

“Cuando llegué al equipo había perdido el primer juego. Aquel era un team bueno, estaban el Haitiano González, Julián Castro, Justo Jácome y Jorge Trigoura, que también jugaba con nosotros”.

Mariano estuvo en esa reconocida liga desde el año 1954 hasta que concluyó. Allí fue mayor bateador, máximo jonronero y máximo impulsador. Francisco Pancho Soriano, destacado periodista y comentarista deportivo de Matanzas ha dicho en varias ocasiones que es algo inconcebible en la pelota.

La Liga de Pedro Betancourt

“Después de la última temporada algunos jugadores firmaron para las Grandes Ligas, yo no quise firmar. Dicen por ahí que el que toma el agua del Central España se queda; y parece que es verdad…”

Cuando jugaba en el equipo de Obras Públicas, de Matanzas, fue a parar junto a casi 400 hombres a la playa el Salado a donde concentraron a los peloteros de mayor calidad. Sin proponérselo fundaría la primera Serie Nacional de pelota revolucionaria de Cuba.

“En aquellos entrenamientos en el Salado todas las semanas se iban 10 ó 12 hombres y Walters (Edwin) y yo allí. A veces nos preguntábamos cuando nos tocaría a nosotros. En definitiva nos dejaron…

Mariano atesora una rica historia en la pelota cubana.

Labor en la Primera Serie Nacional

Ofensiva 

VB	C	H	2B	3B	HR	CI	BB	SO	AVE
10	4	1	0	0	0	0	7	3	100

Defensiva

JJ	INN	O	A	E	TL	DP	AVE
9	28.1	2	13	2	17	1	882

Labor en Series Nacionales

Defensiva

SN	JJ	Inn	O	A	E	TL	DP	Ave
5	150	1066,2	254	359	36	649	51	945

Ofensiva

Vb	C	H	2b	3b	Hr	Tb	Br	Cr	Ci	Sh	Sf	Db	Bb	Bi	So	Ave
415	41	76	18	1	4	108	9	1	35	6	5	8	71	7	72	183

El día en que decidan (y ojala sea pronto) instituir un Salón de la Fama del Béisbol en Cuba y que tenga por sede el memorable Palmar de Junco, el nombre de Mariano Álvarez será inscripto en letras doradas.