Cuentan los
pobladores de Valle Grande, en Bolivia, que muy cerca del Vado Mauricio, por
donde corre el río, en las tardes, una mujer de coposa cabellera, vestida de
campaña y con una ametralladora al hombro, resurge de entre las aguas y se
pasea por
las riberas…
Esta
es una de las tantas leyendas que rondan a la figura de Tamara
Bunke Bider, Tania la guerrillera del Che
en Bolivia, quien cayó el 31 de agosto de 1967 en una emboscada del Ejército
boliviano.
Ella
estaba en la retaguardia, en el grupo de Joaquín, Vitalio
Acuña, muerto también ese día, junto a otros valerosos combatientes.
Tania, mujer de probado arrojo, de nacionalidad alemana-argentina, hija cubana
adoptiva, se sometió a un intenso adiestramiento de inteligencia para preparar
la llegada del Che y sus compañeros a Bolivia.
De
finos modales, elevada cultura y derroche de valor, fue figura clave en la
organización y desarrollo de la guerrilla del Che.
La
traición de Honorato Rojas le arrancó la vida, en plena juventud a la única
mujer guerrillera en Bolivia, al experimentado líder de la Sierra Maestra
cubana, Vilo Acuña y otros combatientes latinoamericanos.
Cuentan también que el asesino de Tania enloqueció porque creía verla aparecer
a cada paso, con su mirada tierna y desafiante, el pelo enredado y la
ametralladora empuñada…
Hoy,
Tamara Bunke Bider, Laura, Tania, vestida de campaña, en el batallón
de refuerzo de la Patria de todos los cubanos, defiende sueños y realidades
de unidad latinoamericana…
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