domingo, 6 de enero de 2019

Mi deuda con el “Gallego”


En el año 2006, en su oficina durante una entrevista a propósito de otro aniversario de la Victoria de Girón


  Conmocionada aún ante la noticia de la partida de José Ramón Fernández Álvarez, busqué en mis archivos documentos originales, notas a vuela pluma y agendas de coberturas periodísticas, donde conservo apuntes de las muchas veces que tuve el privilegio de conversar con él, acompañarle en recorridos y escuchar sus anécdotas.
  Por causas de la tecnología, que ya no es tan nueva, discos duros incompatibles con sistemas operativos y memorias USB bloqueadas, tenía extraviada esta entrevista inédita, efectuada en su oficina en el mes de marzo del año 2006, cuando se cumplirían 45 años de la victoria de Playa Girón.
  Este domingo, mientras registraba en una memoria obsoleta, pude descargar su contenido, y apareció la entrevista de marras, la cual comparto con los lectores y que muestra la talla gigante de este hombre de pasos largos y voz pausada que parte airoso hacia la eternidad.

¿Qué tengo que hacer? Soy soldado de la Revolución

   Hace exactamente un lustro, el 19 de abril de 2001, en el escenario mismo de la primera gran derrota militar del imperialismo yanqui en América Latina, el Comandante en Jefe Fidel Castro condecoró con la alta distinción de Héroe de la República de Cuba a un grupo de hombres valiosos, que han dedicado sus vidas a servir a la Revolución.
  Entre ellos, José Ramón Fernández Álvarez, uno de los principales protagonistas de la victoria de Girón recibió con modestia y sorpresa la condecoración.
  Al concluir el solemne acto la prensa acudió en busca de sus impresiones.
  El hombre de pelo muy blanco, traía en sus ojos azulísimos un brillo inusual y no atinó a decir una sola palabra.
  Cinco años después, en su oficina de vicepresidente del Consejo de Ministros, en el Palacio de la Revolución, Fernández, General de Brigada (r), presidente del Comité Olímpico Cubano y revolucionario cabal, responde a aquella pregunta que quedó en el aire.

Durante un campeonato de softboll de la prensa en Matanzas, con Marisol, entonces fotorreportera de la ACN

P. ¿Cómo recibió usted la estrella de Héroe de la República de Cuba?
  "Yo he tenido varios momentos en mi vida de gran emoción, es difícil medirla y decir cual la mayor. Yo era teniente al triunfo de la Revolución, a Girón fui como capitán. Después de Girón me ascendieron  a comandante, estuve largos años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y en la década del 70 fui nombrado ministro de Educación. Cuando me asignan una tarea digo: Soy soldado de la Revolución ¿qué tengo que hacer?...
  "Años después, estaba reunido y me dijeron que fuera a la oficina del Comandante en Jefe,  era invierno, yo tenía un jacket,  cuando llegué quien trabajaba con él, leyó el ascenso a General.
  "No estaba en servicio activo hacía más de 20 años y apenas pude hablar, solo dije que todo lo debía a Fidel y a Raúl que confiaron en mí desde el principio, si no hubiera habido otras razones de fondo y convicción, eso era suficiente para mi lealtad a la Revolución...
  "En abril del 2001 participé en la preparación del acto por el aniversario 40 de la victoria de Playa Girón, indiqué situar a los compañeros de la escuela de responsables de milicia cerca de Girón para pasarme la tarde antes con ellos. En la mañana del 18 me llaman del MINFAR, con la orden de que no me ausentara de La Habana y esperara al día siguiente. Lamenté no poder ir para estar en Horquita, cerca de Girón,  junto a los milicianos, nunca en 40 años se había reunido esa unidad, que la dirigí yo cuando ocurrió la invasión mercenaria.
  "Llegué al aeropuerto puntual,  estaba Raúl vestido de civil,  y otros compañeros, un grupo que no realizaba tareas similares, unos en servicio activo, yo en otro cargo, jefes de ejército, el común denominador todos combatientes permanentes en defensa de la Revolución.
  "Pensé quieren asegurar la asistencia, llegué allá y me sentaron al lado de Fidel, y lo supe solo cuando Miyar Barruecos leyó: Ramiro Valdés, Guillermo García, José Ramón Fernández... ahí lo supe, podrán imaginar cuanta emoción, tampoco pude hablar. 
En la Ciénaga de Zapata, a donde llegaba en cada abril, con los colegas Olivet Santana, Marta Fernández y Hugo García

P.  ¿Le fue difícil orientar y dirigir como Jefe de la Escuela de Responsables de Milicias esa fuerza  heterogénea que fue a luchar contra los mercenarios en Playa Girón?
  "Heterogénea en origen, homogénea en patriotismo. Por ello para mi no fue un proceso difícil.  Esa gente fue a defender el socialismo que se había declarado, conscientes de que iban a ser los oficiales que mandarían los batallones de milicias de La Habana y Matanzas, conocedores y activos en la lucha frente a la agresividad del imperio y de la contrarrevolución.
  "Una de las grandes virtudes de Fidel, uno de sus grandes méritos políticos fue unir a los revolucionarios, a los que luchaban por un mundo mejor, en un solo partido, en una sola idea, llámese como se llame, para juntos en representación del pueblo llevar adelante las transformaciones que se requerían.
  "Uno de los grandes "éxitos" (así entre comillas) de la propaganda enemiga, es que hace que la gente se forme patrones, sin comprobarlos, sin conocerlos, el comunismo sin saber lo que es, el socialismo sin saber lo que es. Si tú tienes la cabeza sobre los hombros, crees un poco en la humanidad, crees un pedacito en Martí y eres humano lo entiendes.
  "Ahí nos enfrentamos con todas las tendencias o ideas,  comunistas y anticomunistas, campesinos y obreros, intelectuales y trabajadores de oficina,  de todo. Uno aprende a comprender primero las dificultades y segundo las grandezas, sin que por eso deje de ignorar las miserias. Nunca  fui un separador de gente, un discriminador de negros, de mujeres, de pobres, no lo fui por naturaleza, no lo viví en mi casa, donde los trabajadores todos se sentaban a la mesa con nosotros.
  "No podía decir negro o negrito, la primera vez que lo dije  un pescozón me gané, yo atiendo a todo el mundo, hablo con todos, aquí no hay llamado que no tenga respuesta, positiva o no, pero respuesta. Por eso para mi no fue difícil".
P. ¿Y la transición hacia el Ejército revolucionario?
  "La pasé en la cárcel, estuve tres años preso,  desde los primeros días de abril de 1956 cuando no había ningún  preso político, ya que todos los que estaban habían sido amnistiados el 15 de mayo de 1955, cuando por la presión popular la tiranía batistiana se vio en  la obligación de decretar la amnistía de los combatientes del 26 de julio presos, encabezados por el compañero Fidel.
  "Fue una dura prisión en Isla de Pinos, estuve desde abril hasta el año siguiente sin ver a los compañeros que llegaron conmigo, muy parecido a lo que están haciendo ahora con los Cinco Héroes salvando la distancia de que están a miles de kilómetros uno de otros y nosotros estábamos a cientos de metros, pero sin comunicación alguna, sin hablar con nadie, aislamiento, durante meses y meses.
  "Yo pensaba en la injusticia que había en Cuba, pensamiento que compartíamos no de forma uniforme decenas de los que estuvimos implicados en esa conspiración que nos llevó a la cárcel. Unos se situaban más radicales y otros menos. Nos proponíamos establecer plenamente la constitución del 40, hacer la reforma agraria, juzgar a los responsables del 10 de marzo, recuperar para el estado los bienes robados, este punto era muy lento, teniendo presente la sacratísima propiedad privada.
  "Decía  que el que no estuviera dispuesto a quitarles lo robado a los ladrones, era porque pensaba ser ladrón, que no había razón ninguna que lo justificara, otro tema polémico era juzgar a Batista y al grupo de responsables.
  "Ese pálido programa estaba preñado de dificultades, casi sin posibilidades si vemos la historia posterior. La lucha de clases para nosotros no era un concepto claro, nadie pensaba que afectar a esos grupos de ricos nos causara graves conflictos, por ignorancia e idealismo,  pensábamos que hubiera educación para todos, en la educación en el campo como un elemento necesario para los campesinos, ser capaces de producir mas, hacer a los campesinos dueños de las tierras.
  "Al triunfo de la Revolución  me reincorporé al ejército, designado como director de la escuela de Cadetes en una reunión con Fidel el 12 de enero de 1959.
  “Posteriormente me dieron otras responsabilidades, la de organizar la Escuela de Responsables de Milicias,  las escuelas de batallones de milicias en la Habana. Fue un cambio sustancial, era contribuir a conducir a la Patria por un camino mejor.
 "Lo fuimos entendiendo, trabajé bastante con Raúl y con Fidel en esa época inicial, las medidas que se ponían en vigor nos permitían ir comprendiendo lo que estaba pasando.
  "A lo largo de esos primeros meses el grupo de nosotros se fue decantando, en el movimiento nuestro había más de cien oficiales participantes, una buena parte  con mando, oficiales profesionales estaban complicados en la conspiración,  de ellos fueron llevados a juicio 13.
  "En la reunión del día 12 de enero éramos 14 o 15 personas,   los principales dirigentes de aquel movimiento que el pueblo llamó "Los Puros", que tuvo lugar  y fue abortado el 4 de abril de 1956.
  "Fidel ofreció trabajar en el ejército prácticamente a todos, de aquella reunión,  el único que salió con mando fui yo, los demás iban como asesores,  tuve la satisfacción de que me designaran  jefe.
  "Muchos de esos que estábamos allí, tres o cuatro meses después, cuando empezaron las leyes revolucionarias y empezó la sociedad a decantarse, millonarios, parásitos y desclasados por un lado, y los que entendían con  patriotismo e inquietudes de justicia por otro, unos se fueron a lugares remotos, otros se radicaron en Miami, a Playa Girón vinieron casi 200 militares, entre ellos algunos de esos, dos o tres coroneles, el coronel Vicente León, el coronel Martínez Suárez, en cargos específicos, pero los que manejaban la fuerza invasora eran oficiales en buena parte compañeros o alumnos míos en la escuela de cadetes.
  "Eran alumnos cuando fui a presidio, yo aparte que tenía un cargo de dirección pedagógica era jefe del departamento escolar, es decir, el que tenía que ver con los planes de estudio, los programas, el sistema educativo, en la escuela tuve la oportunidad de conocer a no pocos que eran de la edad mía como alumnos. 
  "Se  decantaron porque no fueron capaces de razonar, la oficialidad del ejército no era de la burguesía, quizá era de la pequeña clase media  pero no de la burguesía, no de los ricos, los casa tenientes importantes, dueños de centrales, los grandes millonarios no eran oficiales del ejército.
  "Muchas veces la propaganda anticomunista que había calado con bastante profundidad en el pueblo de Cuba igual que en otros pueblos, atiborró la mente de la gente, yo tenía inquietudes, había leído el manifiesto, creo que leí el 20 por ciento de El Capital en una ocasión..
  "Nunca formé parte del Partido Comunista, pero  tuve la suerte en presidio de que había un grupo de comunistas, y como yo tenia inquietudes de justicia también hablé muchas horas con esos compañeros, hay veces que lo digo y alguna gente se extraña, Lionel Soto, era de los comunistas que estaban allí, era política y teóricamente el mejor preparado y de las conversaciones surgió la petición mía de tener un pequeño ciclo de reuniones con él.
  "Las cosas que me preocupaban eran  banales, cual era la realidad de la familia en la filosofía comunista, qué era la plusvalía de la que había oído hablar tantas veces.  Me introdujo en algunos elementos,  ninguno de los cuales  vi como injusticia, los veía un poco como algo utópico,  como algo difícil de alcanzar...
  "Yo viví en el ejército aquellos primeros meses y años y fue el día 16 de abril  de 1961 cuando Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución, después del ataque de los aviones mercenarios  a los aeropuertos de Santiago de Cuba, San Antonio de los Baños, Ciudad Libertad que, al igual que otros muchos compañeros coparticipes de lo que hacía la Revolución, adoptamos a conciencia plena el socialismo
P. Y para usted ¿la victoria de Playa Girón, 45 años después?
  "Cuando Fidel, en la madrugada del día 17  poco después de la dos de la mañana me llamó, yo estaba en Managua, en la escuela de cadetes, y me dijo que hay un desembarco y me dio las indicaciones preliminares.
  "Sabía que era por el sur, pero cuántos, quiénes, no lo conocía.  A combatir, me dije, tenemos el pueblo que es lo más importante.
  "Allí, los invasores  chocaron  con una actitud, apoyo a la Revolución y a Fidel, con una convicción patriótica  que no esperaban.
  "Pero ellos venían a recuperar casas,  tierras, cargos en el ejército, en el gobierno, y por posiciones y riquezas la gente no está dispuesta a dar la vida.
  "Por la causa por la que uno lucha, por la que uno cree, si está dispuesto a darla. No es que no combatieran con firmeza, nos hicieron 151 muertos, se combatió duro  durante tres días y dos noches de modo incesante.  
  "Fue una epopeya dirigida desde el principio y hasta el final por Fidel en la que el pueblo respondió con patriotismo  en el frente y en la retaguardia donde los CDR, el MININT  y los revolucionarios impidieron  toda acción de las numerosas redes de la CIA que existían y que fueron por ese motivo capturadas  y eliminadas. Varias de esas redes estaban siendo seguidas, eran conocidas.
  “A Girón  lo veo  como la lucha de un pueblo que defendió su Revolución, su Patria, dirigido por un líder que supo hacerlo y que aun ahora en unas aguas también muy agitadas, bajo otras condiciones, está dirigiendo a ese mismo pueblo más culto, más consciente y cada día más dueño de su destino" 

(publicada originalmente por la ACN)

No hay comentarios:

Publicar un comentario